PRIMERA ESTACIÓN. JESÚS ES
CONDENADO A MUERTE.
Aquel amanecer Pilato y Caifás condenaron a muerte a
Jesús.
Del mismo modo nuestro mundo condena a Sierra Leona
a ocupar el último lugar, a sus gentes a ser los más pobres del mundo.
Señor, ayúdanos a no permanecer indiferentes ante
las injusticias que cometen los estados y las personas.
SEGUNDA ESTACIÓN. JESÚS
CARGA CON LA CRUZ.
Los condenados a muerte eran obligados a cargar con
el madero.
Es este el madero de los niños de Niger, niños que
caminan llevando la cruz de la soledad y la mendicidad.
Señor, te pedimos por los niños, para que todos
carguen sólo con los juguetes y los libros.
TERCERA ESTACIÓN. JESÚS CAE
POR PRIMERA VEZ.
La cruz es pesada, los golpes y empujones obligan a
Cristo a caer en el suelo.
Y Él sigue cayendo en quienes en Burundi los
rebeldes les amputaron las piernas.
Señor, da fuerzas a las personas que caen porque una
mina o un machete les condenó a vivir siempre cargando con unas muletas.
CUARTA ESTACIÓN. JESÚS SE
ENCUENTRA CON SU MADRE.
María se presenta en la via dolorosa a compartir el
sufrimiento de su hijo, a decirle que no está solo en ese camino.
En Burkina Faso hay muchas Marías, religiosas,
misioneras que han dejado las autopistas de occidente para caminar junto a los
que sufren la pobreza y la falta de recursos.
Señor, te pedimos para que como María no tengamos
miedo a entrar en el via crucis, acompañando a los que sufren.
QUINTA ESTACIÓN. EL CIRENEO
AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ.
Ante el agotamiento de Jesús Simón de Cirene es
obligado a ayudarle.
La pesada cruz con la que cargan los etíopes se
llama hambre. Y ellos piden ayuda, pero, ¿habrá cireneos que carguen con su
cruz?
Señor, cambia nuestra mentalidad de espectadores que
horrorizados contemplan como mueren de hambre los niños en Etiopia en cireneos
que alivian el peso de su cruz.
SEXTA ESTACIÓN. LA VERÓNICA
LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS.
El rostro de Cristo, ensangrentado y marcado por los
golpes provoca la compasión de una mujer, Verónica. En su corazón y en su paño
quedó grabada su imagen.
Lisseta es una mujer de Mozambique, tiene SIDA y ha
sido repudiada por su familia. Afortunadamente la ong católica Comunidad de San
Egidio la acogió, le ofreció asistencia médica y encontró para ella una
familia.
Señor, gracias, porque Verónica tiene el rostro de
muchas ongs que se acercan a los estigmatizados por el sida, la guerra, el
hambre.
SEPTIMA ESTACIÓN. JESÚS CAE
POR SEGUNDA VEZ.
El cansancio, la empinada cuesta, las piedras, todo
se vuelve contra Jesús y cae.
Y Jesús sigue cayendo en los habitantes de Guinea
Bissau, en los africanos, y su grito se escucha gracias a poetas como Juliao
Soares, que “canta a las horas amargas de silencio profundo”.
Señor, tu dolor, tu mirada desconcertada, tu grito,
es “la voz de los sin voz”, que nosotros nunca apaguemos esta voz, nunca
cambiemos de dial o de canal, porque nos molesta.
OCTAVA ESTACIÓN. JESÚS
CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN.
Las mujeres de Jerusalén lloran al ver a Cristo
cargar con su cruz.
Son mujeres como Achta, mujeres que en el Chad, el
octavo país más pobre del mundo, lloran viendo como las gentes mueren de hambre
mientras las compañías petrolíferas explotan sus yacimientos y se enriquecen.
Señor, en esta noche, te pedimos por ellas, por las
mujeres que siembran esperanza en medio de la desolación, lloran y luchan.
NOVENA ESTACIÓN. JESÚS CAE
POR TERCERA VEZ.
Y caes, tres veces. Tu calvario ha sido así, cuando
apenas podías caminar, un golpe, una zancadilla, te condenaba a caer de bruces
contra el suelo y te levantas, o te levantan, porque tienen sed, sed sangre.
Son las caídas a las que la naturaleza obliga en la
republica Centroafricana, una tormenta, un huracán, otra tormenta, el paludismo
y la abuela, enferma, sin dientes, rodeada de sus nietos huérfanos sigue
luchando y mañana será peor, pero ella seguirá ahí, cayendo, levantándose,
llevando la cruz.
Señor, hoy te pedimos por la naturaleza, para que no
sea tan cruel con África, Asia y América.
DECIMA ESTACIÓN. JESÚS ES
DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS.
Llegados al monte Gólgota fue despojado de su
túnica.
Y sigues siendo despojado, cuando en Mali los niños
son despojados de sus juguetes y libros para ser crucificados en el trabajo,
explotados en los bares, restaurantes y hoteles.
Señor, te pedimos por las instituciones
supranacionales, para que hagan cumplir los derechos de los niños.
DECIMO PRIMERA ESTACIÓN.
JESÚS ES CRUCIFICADO.
Daniel es un joven hutu de Rwanda. Allí fue sufrió
al contemplar como sus padres y su pequeña hermana eran asesinados en la
iglesia.
Señor, te pedimos por nosotros, para que nunca
alarguemos nuestra mano contra los demás.
DECIMO SEGUNDA ESTACIÓN.
JESÚS MUERE EN LA CRUZ.
Y la vida de Cristo culminó en la cruz, muriendo
junto a los crucificados del mundo.
Y Jesús sigue muriendo en el siglo XXI, en Malawi,
víctima del Sida. Jesús sigue dejando hijos huérfanos y madres desoladas en los
hijos de la pobreza.
Señor, ante el dolor de la humanidad, no tenemos
palabras. Sólo silencio. En medio del dolor nos muestras donde está Dios.
DECIMO TERCERA ESTACIÓN. JESÚS ES DEPOSITADO EN LOS BRAZOS DE MARÍA.
Antes de la puesta del sol bajaron el cuerpo de
Jesús y lo depositaron en los brazos de su madre.
Ella es una mujer de Guinea Conakry y tuvo que pagar
para que pusieran en libertad a su hija. Aquella muchacha había sido azotada y
torturada. María sigue viva en cada madre que recoge a sus hijos torturados o
asesinados.
Señor, te pedimos por las madres, ellas son en
muchas ocasiones la única luz en medio de la oscuridad, ayúdales a no perder la
fortaleza.
DECIMO CUARTA ESTACIÓN.
JESÚS ES SEPULTADO.
El cuerpo de Jesús fue sepultado en una cueva, allí
permaneció hasta el domingo de resurrección.
Esta noche al concluir el via crucis arciprestal
hemos recordado a los trece países más pobres del mundo. Desgraciadamente
Cristo sigue siendo condenado al subdesarrollo, Cristo sigue cargando con la
cruz de la falta de educación y sanidad, Cristo sigue muriendo víctima de las
guerras y Cristo sigue siendo enterrado en cada niño, en cada mujer y en cada
adulto que muere injustamente.
Señor te pedimos por ellos que comparten tu cruz y
son expulsados de la ciudad, de Occidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario